lunes, 11 de febrero de 2013

Crece......crece.......y crece. Me da miedo.


Las vacaciones convirtieron al invasor en una especie de indio desbocado. Pasó a una nueva categoría de ser humano. No se detiene ante nada y con sus diez kilos de peso se está volviendo inmanejable. En su carrera de adquisiciones sigue incorporando elementos que terminaron de ocupar el espacio disponible. A mi poca paciencia se le suma la infelicidad de comprobar que disfruta de gritar descontroladamente en todo momento. Por si esto fuera poco ya está "autorizado" a ingerir alimentos. Nuevas amenazas acechan sobre mi. Seguiré muy de cerca esta transformación porque al paso que vamos no creo que a mi edad pueda soportar cuando se le ocurra caminar.