domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Necesitamos un descanso?

El invasor no tiene desarrolladas todas las inmunidades por lo que ha pasado bastantes días complicado. Obviamente no puedo usar mi habitual ironía para referirme a ello porque con algunos temas no se jode.

Una convención familiar determinó por mayoría que era un buen momento para un descanso y un par de días en familia. Que haya perdido dos a uno no es noticia. Porque para mí, un descanso en familia bien entendido es que J. y R. se vayan y yo pueda dedicarme de lleno a mis actividades preferidas. Dormir, es
entre ellas, una opción.
Inexperto, y al fin y al cabo ansioso, propuse un plan cuasi-militar para la aventura. Cargar todo en el auto la noche previa y madrugar para llegar a destino lo más temprano posible. El plan fue aceptado pero no cumplido. Es decir, yo cumplí con el objetivo de madrugar y preparar mis cosas pero el invasor decidió absolutamente lo contrario. Alrededor de las diez de la mañana ya había hecho varios viajes hacia la cochera llevando una variedad de posesiones del invasor tratando de ubicarlas como si fuera un juego de encastre en un baúl diminuto. Como resultado logramos una inmovilidad total dentro del habitáculo pero el invasor pudo ubicar pertenencias como para mudarse al extranjero.
El clima reinante de unos dos grados bajo cero el lunes nos determinó a llevar el "kit Alaska". El jueves con
unos veintiocho grados buscábamos algún vestigio en el auto del "kit Caribe". Solo pañales "swimming baby". Y no había de mi talle.



                               El invasor roncando como un ser humano.