martes, 24 de diciembre de 2013

El invasor y el mar

¡Vamos al mar!  ¡Vamos al mar!  Ese era el clamor popular en este diciembre caluroso y agobiante. Mes que debería ser eliminado del calendario porque es perjudicial para la salud física y mental.
Otro error de padre en esta cadena interminable de desaciertos que vengo cometiendo. Ir al mar YA NO ES como era antes. Antes del invasor.
De ir a 150 km por hora escuchando a Led Zeppelin con la cabellera al viento pasamos a ir a 100, escuchando una y otra vez al gallito Cocoricó y con protector solar en la pelada.
De levantarse temprano para ir a correr por la playa a levantarse temprano para preparar al invasor para que con suerte lleguemos a la playa  a las once que es la hora en que uno tiene que volver.
De acostarse a la madrugada a caer fulminado a las nueve de la noche luego de recoger los cientos de objetos que invasor desparrama.
De dormirme  una siestita a intentar que el invasor pegue un ojo aunque sea por quince minutos a la tarde.
De llegar y bañarse plácidamente a llegar e invertir horas en sacarle la arena que tiene pegada el invasor en su diminuta humanidad.
Lo que no cambió y sigue inalterable es que nuestro mar es helado. La diferencia es que antes no sentía el frío.

                                                     






jueves, 14 de noviembre de 2013

Golpe a golpe.

-Ahora no es nada, se pone peor.- Esta reflexión que vengo escuchando desde hace un tiempo se está convirtiendo en realidad. Voy comprobando que cada etapa de crecimiento del invasor es un dolor de cabeza inesperado más contundente que el anterior. Y al que le duele la cabeza es a mí a pesar de que los golpes se los pega él. 
Antes dormía, cagaba y comía en un espacio reducido por lo que su supervisión era relativamente fácil. Ahora con su movilidad incipiente  amplió el abanico de posibilidades y obviamente de riesgos. -No hay que sacarle los ojos de encima- dicen las viejas. Y en ese trámite se van los días. Pero la tarea es ingrata además de imposible ya que al menor descuido se cae de cabeza y como uno estaba mirando para otro lado no tiene la menor idea de donde se golpeó hasta que aparece el hematoma o chichón. Todo el mundo te mira como un asesino serial. La respuesta no pasa de un -hago lo que puedo. -Hacé más- dice el mundo.
Y mientras escribo esta catarsis recuerdo esos comentarios que se refieren a que lo que viene es peor y los otros que dicen que no hay nada más lindo que ser padre. Y no entiendo.















domingo, 13 de octubre de 2013

Invasor 2 Batman 0

Una de las tantas cosas que me quedó pendiente antes de la llegada del invasor es ver "El caballero de la noche asciende" la última que filmó Nolan de la saga Batman. Yo recuerdo que hace tiempo las películas tenían una duración de una hora y media pero parece que algo cambió y ahora pueden durar hasta más de tres horas. Este hecho, al menos para mí, las convierten en un desafío casi como nadar con tiburones.
Los viernes a la noche es el momento elegido para dormir temprano al invasor y disponer de nuestro tiempo para una lista interminable de cosas pendientes. También para eso, claro. Cuando por fin llega el día, tras un intenso combate logramos que a eso de las doce la alimaña se entregue al sueño,  por lo que con felicidad esperamos la pizza gigante, abro un buen vino y me relamo con el plan. Película y luego sexo.
El primer error es comer como un refugiado, el segundo tomarse todo el vino porque J no lo puede probar y el tercero es pretender luego llevarse la última copa al sillón y comenzar a ver la película. Creo que no llegué ni a completar los títulos. La copa se resbaló de entre mis manos y me desmayé. Invasor 1 Batman 0.
Decía Einstein que repetir las mismas cosas esperando resultados distintos es inicio del camino hacia la locura. El viernes siguiente repetí todos los movimientos y el resultado fue obviamente el mismo. No, miento.
En realidad vi como una hora de la película. Algo del principio.....y algo del medio. Invasor 2 Batman 0.



domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Necesitamos un descanso?

El invasor no tiene desarrolladas todas las inmunidades por lo que ha pasado bastantes días complicado. Obviamente no puedo usar mi habitual ironía para referirme a ello porque con algunos temas no se jode.

Una convención familiar determinó por mayoría que era un buen momento para un descanso y un par de días en familia. Que haya perdido dos a uno no es noticia. Porque para mí, un descanso en familia bien entendido es que J. y R. se vayan y yo pueda dedicarme de lleno a mis actividades preferidas. Dormir, es
entre ellas, una opción.
Inexperto, y al fin y al cabo ansioso, propuse un plan cuasi-militar para la aventura. Cargar todo en el auto la noche previa y madrugar para llegar a destino lo más temprano posible. El plan fue aceptado pero no cumplido. Es decir, yo cumplí con el objetivo de madrugar y preparar mis cosas pero el invasor decidió absolutamente lo contrario. Alrededor de las diez de la mañana ya había hecho varios viajes hacia la cochera llevando una variedad de posesiones del invasor tratando de ubicarlas como si fuera un juego de encastre en un baúl diminuto. Como resultado logramos una inmovilidad total dentro del habitáculo pero el invasor pudo ubicar pertenencias como para mudarse al extranjero.
El clima reinante de unos dos grados bajo cero el lunes nos determinó a llevar el "kit Alaska". El jueves con
unos veintiocho grados buscábamos algún vestigio en el auto del "kit Caribe". Solo pañales "swimming baby". Y no había de mi talle.



                               El invasor roncando como un ser humano.



                                 

lunes, 5 de agosto de 2013

31.536.000

Es así. Ese es el número de segundos que me dicen que hay que festejar. El número de segundos pasados desde la invasión. En realidad se cumple un año, pero al fin y al cabo soy contador y puesto así suena más fuerte. En todo ese tiempo ( los treinta un millones quinientos treinta y seis mil segundos)  he podido compilar una serie de traducciones del lenguaje que utiliza la madre del invasor, a la realidad. Veamos:

"Ramiro se está bañando solito"

Significa para mí: El invasor está inundando el baño, arrojando agua con un pequeño vaso plástico profiriendo gritos de felicidad. Cientos de "chiches" flotan en una bañera. Lleva más de una hora en esa situación. Son las diez de la noche, tengo hambre. Tengo que limpiar el baño.

"Ramiro está comiendo solito"

Significa para mí: El invasor está untando todo lo que está cerca con una mezcla de papilla, yogur y saliva profiriendo gritos de felicidad. Cientos de restos de comida se estacionan en el piso. Lleva más de una hora en esa situación. Son las once de la noche, no tengo tanto hambre pero si algo de sueño. Tengo que limpiar la cocina.

"Ramiro está jugando solito"

Significa para mi: El invasor se baño y comió. Ahora como no se duerme está esparciendo centenares de juguetes u objetos por el living profiriendo gritos de felicidad. Objetos que yo recién terminaba de guardar. Lleva más de una hora en esa situación. Son las doce de la noche. No se bien que siento. Tengo que volver a ordenar para que no matarme pisando algo.

Seis de agosto de 2012. Día de la invasión. 
Seis de agosto de 2012. Día del comienzo de la resistencia.

Fin de la cita ( Rajoy dixit)



martes, 16 de julio de 2013

El invasor ¿Hijo de tigre?

Pronto se cumplirá un año de la llegada del invasor. El año que cambió mi apacible vida transformándola en un "acto de servicio".  Ya veo acumulados por la casa presupuestos de "saloncitos" y otras yerbas porque el pibe quiere "fiesta" y la abnegada madre, que a ninguna de sus peticiones es capaz de decir "no", se está ocupando del hecho ante mi mirada suplicante. No se si les dije pero yo soy el Sr. No.
El invasor parece ser bastante normal en cuanto a sus habilidades. No obstante, cada vez que llego a casa el tipo está sentadito frente al televisor apagado exigiéndome que lo encienda y comparta con él algunos programas para bebés. Tal es el estado de mi cabeza que muchas veces termino hipnotizado por esos mismos programas igual que R, por lo que deduzco deben emitir algún mensaje subliminal o esparcir alguna droga por el ambiente. Hay en casa una crisis de angustia y cierta congoja. Pronto el alien deberá comenzar el jardín maternal.  Obviamente que "Las jaulitas de Hans" propuesto por mí fue desechado por los otros dos habitantes de la casa.
Pese a su corta edad ya recibe visitas y demuestra su carácter "sociable" lo cual es solo el anticipo de
una invasión de usuarios de pañales. Se lo puede ver con su amiga Quetzali, en una cita a solas.
En fin, cuando pase la fiesta les cuento. Si antes no me exilio en el Caribe.





martes, 4 de junio de 2013

Larga vida al rey

Ves pasar todo como si estuvieras en la ventanilla de un tren rápido. Crece, crece y no para de crecer.
Los días comienzan y se extinguen de manera vertiginosa. No puedo hacer nada. Cada vez tiene más control y más poder. Somos sus súbditos. La monarquía del pequeño invasor llegó para quedarse arrebatando todo a su paso y dejándonos sin tiempo propio.



lunes, 13 de mayo de 2013

¡¡ Que lindo es ser tu papá !! *



Quizá entraron a leer ilusionados porque creyeron que el invasor logró ponerme sensible. Nada más lejano. Seguimos estudiándonos mutuamente y viendo como cada uno mantiene su cuota de poder.
Nada impide que como buenos cuervos hayamos festejado el triunfo frente a Boca y a eso, solo a eso, hace referencia el título.

* San Lorenzo es el único equipo argentino que aventaja a Boca Juniors en el historial. Es considerado su "padre" futbolístico.






sábado, 27 de abril de 2013

Niño, deja ya de joder con la pelota...

Estoy aflojando. Poco a poco, día a día. A medida que el invasor avanza sobre cosas y espacios me voy resignando y achicando los míos. Además de manipularnos perfectamente sabe que para un padre no debe haber nada más gratificante que su retoño haga rodar la pelota y se preste a una interacción. -Por fin se acuerda de uno-pienso. Pero es solo una vil técnica para mantenerme con esperanzas. Dentro de cuatro años cuando comience efectivamente a patear y correr, el número 60 dejará de ser la línea de colectivo más famosa y se convertirá de forma irremediable y concreta en edad.
Ni hablar si la práctica deportiva lo entusiasma. Ahí mismo se dará cuenta que lo único que puede correr su padre es algún rumor. Pero debo solo pensar en hoy. Y hoy todavía le gano en los partidos que jugamos. El como revancha no me deja dormir la siesta.

La camisetita que usa el invasor en el video me pertenece y ha esperado más de 50 años para salir de un placard. Casi tantos como esperé yo.



lunes, 1 de abril de 2013

El gordito anfibio.




Me quejaba de la invasión. Pero ahora en pocos días la vida se ha trastornado. Ha comenzado a desplazarse como una especie de anfibio voraz. Ya no cuenta eso de "está tranquilito jugando" y seguís en tu computadora lo más tranquilo como si fueras un adolescente. Ahora suele desaparecer de la vista. Ya ha salido al balcón y obviamente se come las plantas como corresponde a un gordito despreocupado. Había una relativa paz. Ahora se ha roto. Puede estar en cualquier lugar y haciendo cualquier cosa. La madre empieza a mostrar síntomas de ahogo y suele desaparecer algunas horas y esto agrava la situación. El invasor se aprovecha y me tiene a mal traer. Por eso cuando se queda solo conmigo.......está entre rejas o a "pan y agua"










miércoles, 20 de marzo de 2013

De todos los días

¿ Ibas con una bandeja de comida y te patinaste con un chupete que estaba en el piso? ¿Te acostaste y te clavaste un sonajero en el culo?  ¿La casa entera tiene una pátina de baba? -¡¡ Que importa !! es un gordo hermosooooooooo-dicen todos.
Dejensé de joder. El invasor ha diseminado sonajeros de todas las formas y colores por todos lados. El muy vago no gatea sino que se estira o se da vueltas hasta llegar al objeto deseado y si de esa forma no consigue su cometido intenta en un supremo esfuerzo gatear. Y lo logra, pero para atrás. Se va alejando lentamente del objetivo, se pone como loco y luego chilla. En eso se parece también a mí.
Las madres son seres abnegados. Siempre dispuestas a reir, festejar y perdonar al heredero.  Y a sacrificar casi todo para atender su rutina. Que la hora de pasear, que la hora del baño, que la hora de la comida, que la teta a demanda, que la cremita en los pliegues, que comprarle ropita de invierno, que llevarlo a la pediatra, que ir a la farmacia, que comprarle la frutita que le gusta, que cambiarlo para salir, que preparar el bolsito con juguetes, que cortarle las uñitas, que lavar los baberos, que sacarle fotos o filmarlo, que tomarle la temperatura, que abrigarlo o desabrigarlo, que cambiarlo de lugar para que no se aburra. Y sigue hasta el infinito. ¿ Y yo qué?  Bueno yo escribo estas cosas en los entretiempos de los partidos de fútbol. Estoy a full.

lunes, 11 de febrero de 2013

Crece......crece.......y crece. Me da miedo.


Las vacaciones convirtieron al invasor en una especie de indio desbocado. Pasó a una nueva categoría de ser humano. No se detiene ante nada y con sus diez kilos de peso se está volviendo inmanejable. En su carrera de adquisiciones sigue incorporando elementos que terminaron de ocupar el espacio disponible. A mi poca paciencia se le suma la infelicidad de comprobar que disfruta de gritar descontroladamente en todo momento. Por si esto fuera poco ya está "autorizado" a ingerir alimentos. Nuevas amenazas acechan sobre mi. Seguiré muy de cerca esta transformación porque al paso que vamos no creo que a mi edad pueda soportar cuando se le ocurra caminar.

miércoles, 16 de enero de 2013

El invasor no hace un carajo y ya tiene vacaciones


   Al margen del comentario "el padre usa el flota- flota porque sino se hunde"  se puede apreciar la cara del invasor dueño absoluto de las vacaciones con pileta. Y por si el potente gen no fue suficiente
les puedo agregar :


¡¡ Dos gotas de agua !!